El Girasol en Venezuela
La industria venezolana de aceites tiene una alta dependencia de materia prima proveniente del exterior. En 1995 se importó 77,9% de las necesidades, lo que representa 260.000 t de aceite y 144.100 t/año sólo en aceite de girasol. Las alternativas de producción de oleaginosas en Venezuela se han reducido a la palma aceitera y al cocotero, pero han tenido poco uso en el consumo de mesa, mientras que el maíz y el algodón han contribuido sustancialmente como subproductos. Al salir del mercado el ajonjolí y el maní por lo costoso de la producción de su aceite, quedaría como único cultivo anual el girasol, como una de las pocas opciones válidas de producción de aceite de mesa. Este cultivo ha mostrado muy buena adaptabilidad en los llanos de Barinas y Portuguesa, pero todavía es necesario hacerlo más rentable.
Evolución del área de producción:En Venezuela la producción del girasol puede ser dividida en tres períodos principales, a saber: período introductorio 1970-1986. Caracterizado por áreas de investigación, cuando muchas variedades y algunos híbridos fueron probados (Mazzani, 1970). El primer reporte de buena adaptación de híbridos fue realizado por Voinea en 1976 y por Mazzani y Voinea en 1977 mediante ensayos a lo largo del país, donde se identificaron zonas potenciales en el sur de Barinas, norte de Apure, algunos valles de Táchira, Mérida y Trujillo, este de Falcón y este de Guárico, Yaracuy, Lara y Monagas.
Período de expansión-consolidación 1986- 1990. La política de contingencia del gobierno y el déficit en materias primas oleaginosas incentivo el área de producción, de tal manera que muchos cultivares no fueron sembrados adecuadamente a pesar del conocimiento que ya existía. El hectareaje de girasol alcanzó hasta 115.000 ha en el ciclo de 1989 a 1990. Los estados Portuguesa y Barinas fueron los más productores, con rendimientos en algunos casos de 2.300 kg/ha. Sin embargo, en general las ganancias no satisfacieron completamente a la industria, debido a los bajos rendimientos (Cuadro l ).
Período de los 90. Una vez que el gobierno cambió a la política de apertura el sector industrial redujo el financiamiento, quedando áreas de siembra donde realmente mostraban productividad y rentabilidad. El área se redujo a 20- 3.000 ha concentradas principalmente al sur de Portuguesa y Barinas.
Sistemas de producción
Los sistemas de producción de girasol pueden ser clasificados como cultivo anual mecanizado, con uso de fertilizantes, pesticidas y no utilización de riego. El control de malezas se realiza químicamente pre-emergente y mecánicamente una o dos veces antes de la floración. Es considerado como un cultivo suplementario, debido a la fecha de siembra, entre octubre y diciembre, permitiendo el uso de tierra, equipos y mano de obra en la época seca después de los cultivos principales que generalmente son maíz y arroz.
Los agricultores de girasol dependen del financiamiento de la industria, muy pocos pueden pagar los costos por ellos mismos y deben tener sólidas garantías para tener acceso al crédito. El promedio del área sembrada por agricultor es de 1 00 a 200 ha y normalmente son propietarios de la tierra, pero es posible conseguir tierras rentadas. La mayoría de ellos están a dedicación exclusiva en la actividad agrícola.
Manejo de semilla y programas de mejoramiento
El material genético utilizado por los agricultores son híbridos producidos por empresas argentinas y norteamericanas principalmente, caracterizados por ciclos entre 95 a 120 días y 38 a 48% de aceite, dependiendo del híbrido y las condiciones de siembra. Algunos intentos se han hecho para producir semilla localmente, pensando en mercados internacionales y obteniendo buenos resultados. Sin embargo, pruebas de sincronización y adaptabilidad de líneas parentales deben ser hechas para optimizar la producción.
En el período de expansión y consolidación del cultivo, el testigo utilizado fue el P-81, híbrido de tres líneas, de amplia base genética que permitió un buen comportamiento en los diferentes ambientes en que fue sembrado. Después de varios años de ensayo regionales (Soto, 1987; Rincón, 1991), un híbrido argentino (M- 738) mostró una mejor adaptabilidad y ahora es utilizado como testigo.
Pararelo a ensayos regionales se llevó acabo un programa de mejoramiento, donde se produjeron dos variedades y algunos híbridos experimentales, pero lamentablemente sólo se llevó a cabo por pocos años, quedando por encontrar cultivares híbridos más precoces para evitar el riesgo a estrés de humedad y llegada de lluvias en período de cosecha, rendimientos más altos con una calidad de aceite orientada a elevar el contenido de ácidos grasos específicos como el ácido oléico. Actualmente existe un proyecto bilateral entre Venezuela (CONICIT, FONAIAP) e Italia (CNR, Universidad de Udine y Universidad de Pisa), la cual ha introducido importante material genético y facilitado el intercambio de literatura y formación de investigadores italianos y venezolanos.
Plagas y enfermedades
Aponte y colaboradores (1988 a) reportaron la mancha foliar causada por Alternaria helianthí (Hansf. Tubaki y Nishirara) como la enfermedad más dispersa en las siembras de girasol, con daños considerables si la incidencia ocurre en los primeros estadios de desarrollo.
Varios investigadores, entre ellos Betancurty colaboradores (1987), Aponte (1989 b), Pineda (1989) e Hidalgo (1989) han señalado las enfermedades más comunes en diversas áreas de siembra en Venezuela, destacando las enfermedades del suelo: pudrición carbonosa (Macrophomina phaseolina) y pudrición del tallo (Sclerotíum rolfsii). Esimportante seguir el curso de estas enfermedades, debido al amplio rango de hospederos y a que su incidencia está aumentando año tras año.
La pudrición carbonosa causa una mortalidad mayor de 20% en algunas áreas. La mancha negra del tallo, causada por Phoma oleracea var. Helianthi tuberosi y la pudrición del tallo, causada por la bacteria Erwinia sp. están relacionadas con la mancha foliar en muchos casos, y dependiendo de las condiciones cismáticas y cultivares muchas veces son difíciles de diferenciar uno de otra en el campo.
Otras enfermedades menos frecuentes son la marchitez (Fusarium sp.), mil dio (Erysíphe cíchoracearum D. C.), pudrición del capítulo (Rhísopus sp.), necrosis bacteria (Pseudomonas helianthí) y mancha foliar (Phomopsís sp.).Con respecto a plagas, debe prestarse atención y cortadores en los primeros estados de desarrollo. Aponte (1990) y Burgos (1990) reportaron al coquito perforador de hojas del género Systena sp. y al cogollero (Spodoptera frugiperda) corno las plagas más importantes. Sin embargo, en los últimos años la Mosca blanca(Bemísía tabaci Gennadius) se ha convertido en la plaga más importante, complicándose su control al encontrarla en Mas de 100 hospederos (Arnal, 1992).Como plagas secundarias Burgos (1990) y Arnal (1990) señalan al salta hojas (Qncometopia sp.), al gusano peludo del girasol (Chíosyne lacinía), al gusano del jojoto (Helíothís sp.) y al falso medidor (Trichoplusía sp.).
Consideraciones agronómicas
En Venezuela, algunos factores agronómicos han causado, en muchos casos, reducción en la capacidad de producción de los híbridos. Uno de importante consideración es el referente a la época de siembra, la cual está afectada por la salida de las lluvias y la disponibilidad del financiamiento. Si la siembra ocurre después de noviembre, los rendimientos se van reduciendo considerablemente, disminuyendo cada vez que se acerca el mes de diciembre.
No se ha prestado suficiente atención en las densidades de siembra, se recomienda entre 50.000 y 60.000 plantas/ha, pero en pruebas realizadas en otras latitudes, bajo condiciones diferentes a las de Venezuela, extrapolándose independientemente del tipo de híbridos.
En general, los agricultores han controlado exitosa mente las malezas, pero se debe prestar especial atención a Cyperus rotundos L., una de las malezas más difíciles de erradicar. En el tiempo de cosecha se ha tenido que aplicar herbicidas para controlar especies de Centrosema y la maleza Rhyncosía mínima (Mancilla, 1990).
Para finalizar se puede decir que la producción de girasol en Venezuela, sin duda alguna, tiene su puesto en la agricultura venezolana con una misión bien clara, la de contribuir a la disminución de la dependencia de aceite y semilla del exterior. Esto se logra con una visión de conjunto del manejo de la producción del cultivo, tomando en cuenta que hay que realizar esfuerzos para seleccionar cultivares tropicales que eleven el techo de producción, ayuden en el manejo integrado de las principales plagas y enfermedades, y mejore la cantidad y calidad del aceite, de acuerdo con los requerimientos industriales (Figura l).
Para la sostenibilidad de alta productividad se debe hacer énfasis en la época adecuada de siembra y manejo del suelo, siendo indispensable planificar rotaciones de cultivos, donde se incluyan las leguminosas como cultivo secundario o de cobertura.
Derivados del Girasol
Cada disco floral del girasol, constituido por la unión de miles de pequeñas flores, produce igual número de semillas de gran valor nutritivo. Los primitivos pobladores de México ya las consumían tostadas, siglos antes de que sus propiedades dietoterápicas fueran descubiertas en occidente.
La pipa o semilla de girasol contiene hasta un 49,6% de grasas, de las que se obtiene un excelente ACEITE CULINARIO; un 22,8% de proteínas, cantidad muy similar a la de la carne y hasta un 8%,3% de hidratos de carbono.
Es una planta anual de la familia de las Solanáceas Compuestas que alcanza hasta dos metros de altura.
Ahora cultivada por todo el mundo. Muchos comen pipas por costumbre para pasar el rato, desconociendo que se trata de uno de los alimentos más concentrados y nutritivos de cuantos nos ofrece la naturaleza.
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Imagen de los cultivos de girasol en Barinas |
syngenta basf 2010 (2013) http://www.interempresas.net/Agrícola/Artículos/102027-Syngenta-BASF-celebran-acuerdos-concesión-licencias-tecnológicas-cultivos-girasol.html
Bibliografia
Aponte, A.; E. Soto y V. Tellechea. 1988 a. Ocurrencia de Altemaria hegeliano sobre girasol en Venezuela. Fito-patología Venezolana. Revista de la Sociedad Venezolana de Fito-patología julio-diciembre 1988. Vi (2).
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